La libertad es una responsabilidad que pocos asumen
La libertad es, ante todo, una responsabilidad. Todas las personas nacen con el derecho a ser libres, pero ¿qué significa realmente ser libre? Cada individuo lo percibe de manera diferente. Algunos piensan que la libertad es el derecho a hacer todo lo que uno quiera; otros, que consiste en tomar decisiones basadas en la distinción entre el bien y el mal. No existe una única respuesta, ya que las opiniones varían.
Yo considero que la libertad de una persona nunca debe dañar a los demás. No debe conducir a asesinatos, agresiones ni conflictos. Con la libertad viene una gran responsabilidad. En manos de quienes no saben asumirla, la libertad puede convertirse en debilidad, dependencia e incluso autodestrucción. Puede cegar al individuo, pues muchas veces las personas perciben la realidad de forma distorsionada y no soportan el peso de sus decisiones.
A pesar del derecho a ser libres, los seres humanos han aprendido a limitar su propia libertad o permiten que otros lo hagan. Influenciados por la crítica social, valores inventados o el miedo a la opinión ajena, a menudo nos restringimos a nosotros mismos. Desde nuestro nacimiento, se nos enseña a depender de la mirada de los demás, y así, inconscientemente, limitamos nuestra libertad.
Al crecer, algunas personas se resignan y renuncian a su libertad, creyendo que así actúan correctamente. Sin embargo, la verdadera libertad está en manos de cada individuo: somos nosotros quienes decidimos ser libres o no, aunque la sociedad nos haya impuesto límites. La libertad es un don que exige coraje, conciencia y responsabilidad.
Presenta Helen Hayrapetyan