Una carta desde el ejército

Queridos estudiantes,
Escribo desde el ejército, justo después de una guardia nocturna. Se escucha el viento y las luces se desvanecen a lo lejos. Los pensamientos vuelan hacia la clase general de la mañana.
A menudo vienen a la memoria las lecciones, las preguntas planteadas y los momentos de alegría compartida: un problema resuelto, un buen chiste. Aquí en el servicio, todo es diferente, pero el ejército también resulta ser una gran escuela donde se aprende resistencia, amistad y responsabilidad.
Es un orgullo servir a la patria, y igualmente un orgullo saber que estos jóvenes son mis estudiantes. Cuando regrese, espero encontrarles más fuertes, más inteligentes y más amables. El trabajo, la ayuda mutua y la valentía ante las dificultades son lecciones de la vida. Cada paso dado recuerda que los estudiantes están presentes en el pensamiento y en el corazón.
Siempre suyo,
Camarada Smbat