Día del Conocimiento: amistad, trabajo en equipo y recuerdos
El nuevo año académico comenzó, como siempre, desde lo alto. Participaron 88 estudiantes, todos ellos nuevos en nuestro colegio.
Subir a las montañas representa nuestra fuerza de voluntad y nuestra determinación. Cada piedra, cada flor y cada ráfaga de viento nos enseñan algo nuevo. Al compartir el camino con el grupo, nos sentimos como una familia: todos con diferentes emociones, pero con el mismo objetivo y el mismo sueño.
Después de un viaje en camión, llegamos al lago Rapi. Nadie tenía prisa. En la naturaleza, el tiempo parece detenerse. Primero hubo conversaciones, risas y bromas; luego, un profundo silencio. El aire de la montaña nos hace callar y escuchar nuestros propios pensamientos.
Comenzamos a caminar hacia el lago Astghkan.
El agua estaba lisa como un espejo y las montañas, erguidas como gigantes. La vista era impresionante.
Todos sentimos que esto también era una lección, pero diferente: en un lugar libre, con pensamientos y emociones libres. Nuestra clase eran las montañas y nuestro maestro, el camino. Aprendimos que se puede aprender de todo: del viento, del agua y del silencio.
El regreso fue más rápido. Tal vez porque bajar es más fácil, o porque ya teníamos muchas impresiones en la mente. Todos estábamos cansados; algunos incluso en silencio. Pero en ese silencio había algo especial: un sentimiento de unidad. Habíamos recorrido el camino juntos y compartido el agua, el pan, la fuerza y el espíritu de las montañas.”